Madre
Teresa de Calcuta: (1910 – 1997) la
llamaron en vida Madre de los pobres, Madre universal y Madre del mundo entero.
En todas partes la conocían, porque sus religiosas atendían a los más pobres y
necesitados de la sociedad. También fue una Madre para todas sus religiosas
misioneras de la Caridad y para las otras ramas de hermanos misioneros de vida
activa, de vida contemplativa y de sacerdotes misioneros de la Caridad. Ella
fundó una Asociación de colaboradores laicos, que pasan de tres millones, de
los cuales muchos (20%) no son católicos. De todas partes del mundo le llegaba
ayuda, y Dios, con su providencia amorosa, solucionaba sus problemas y le daba
casas hasta en los países comunistas o musulmanes donde no había podido entrar
hasta entonces ningún sacerdote. Así como ella nunca le dijo NO a Dios e hizo
un voto de no negarle nunca nada, así, de la misma manera, Dios nunca le negaba
nada. Su providencia divina hacía verdaderos milagros en su favor para ayudar a
los más necesitados. (Peña, sf).
Padre Rafael
García Herreros: (1909 – 1992) fue un predicador que llamó permanentemente a los
colombianos a la conversión, a la entrega personal a Jesucristo por la acción
del Espíritu Santo, y al compromiso en la vida cristiana, con énfasis en los
sacramentos del bautismo y del matrimonio. En 1955 inició la
atención a los pobres, la erradicación de tugurios y la construcción de
viviendas, en diversos barrios de Bogotá. En 1956 comenzó, en la capital, el
barrio Minuto de Dios, experiencia que el BID consideró modelo de erradicación
de la pobreza. Dotado de gran sensibilidad ante la belleza, el padre
creó en el barrio Minuto de Dios, en 1966, el Museo de Arte Contemporáneo, con
el propósito de apoyar a artistas jóvenes y hacer accesible el arte y la
cultura a personas y familias de todos los estratos sociales. En 1971 se
construyó el Teatro Minuto de Dios, de manera que el barrio se fue convirtiendo
en una ciudadela educativa y cultural, “maqueta de la futura Colombia, proyecto
de una ciudad ideal”. La preocupación del padre García Herreros por el
bienestar de las familias cristalizó en esfuerzos por crear empleos: fomentó la
industria artesanal y la apertura de talleres de ebanistería, tapetes y
artículos de cuero y dio origen a una empresa de confecciones para generar
empleos y capacitar operarios. (EUDISTAS congregación de Jesús y María,
2015).
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